Dr. Abraham Krivoy
Centro Médico de Caracas
El famoso neurocientífico y neurólogo Oliver Sacks nació en Londres el 29 de julio de 1933; sufrió de prosopagnosia cuando se impactó ante el desconocimiento de uno de sus hermanos confundiéndolo con otro hermano y al discutirlo con la familia descubrió otros casos de prosopagnosia en ellos. Es el autor del libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero.” (The man who mistook his wife ) donde relata el caso de un hombre que agarró la cabeza de su esposa pensando que era un sombrero (1-2). Sacks vive en Nueva York desde los años sesenta.
Dame Jane Goodhall primatóloga, etologista y antropóloga británica con 45 años de experiencia en el estudio de las interacciones sociales y familiares de los chimpancés salvajes. Describió como la prosopagnosia afectó su vida y que ella misma lo revela en su autobiografía:
”En el curso de mis viajes, una cosa resta valor a mi disfrute de conocer gente. Sufro de una enfermedad vergonzosa, humillante, neurológica curiosamente llamado prosopagnosia, que, traducido, quiere decir que tengo problemas en el reconocimiento de rostros. Yo pensaba que era debido a algunas pereza mental, y traté desesperadamente de memorizar los rostros de la gente que conocí de modo que, si los vi el otro día, yo los reconozco. No tuve problemas con los que tenían características físicas obvias - la estructura ósea, la nariz aguileña inusual belleza extrema, o lo contrario. Pero con otras caras fallé miserablemente. A veces, yo sabía que la gente estaba molesta cuando yo no los reconocía inmediatamente - sin duda lo era. Y porque me daba vergüenza, me lo guardé para mí.
Por casualidad, al hablar con un amigo hace poco, descubrí que sufría de un mismo problema. Yo no lo podía creer. Entonces descubrí mi propia hermana, Judy, sufría de vergüenza similar. Quizá otros lo hicieron también. Le escribí al conocido neurólogo Oliver Sacks. ¿Alguna vez había oído hablar de una condición tan inusual? Le pregunté. No sólo había oído hablar de él - él sufrió de lo mismo! Y su situación es mucho más extrema que la mía. Él me envió un artículo, titulado “impedimento de la memoria del Desarrollo con de caras y patrones”, de Christine Temple.
Incluso ahora que sé que uno no tiene por qué sentirse culpable, es difícil saber cómo hacer frente - casi no puedo ir contando a todos los que conozco que probablemente no los reconoceré la próxima vez que los vea!, o tal vez debería hacerlo? Es humillante, porque la mayoría de la gente simplemente piensa que estoy haciendo una excusa elaborada por mi falta de reconocerlos y que, obviamente, no les doy importancia en absoluto - por lo que se siente heridos. Tengo que hacer frente lo mejor que pueda - por lo general, pretendiendo reconocer a todos! Y mientras que eso puede tener sus momentos difíciles también, no es tan mala como la otra manera de inventar excusas inadecuadas”. (3)
El escritor y neurólogo Oliver Sacks anunció en durante el último mes de Febrero en The New York Times que padece un cáncer terminal y que le quedan semanas de vida y declara “Por encima de todo, he sido un ser con sentidos, un animal pensante, en este maravilloso planeta y esto, en sí, ha sido un enorme privilegio y una aventura”, escribe este autor insólito, cuyos libros sobre los recovecos de la mente humana, como Despertares o El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, han sido adaptados al cine y han vendido millones de ejemplares en todo el mundo.
Oliver Sacks, que tiene 81 años, recibió la mala noticia hace unas semanas, cuando le informaron de que padece múltiples metástasis en el hígado, que proceden de un tumor primigenio en el ojo detectado hace ocho años. Asegura que los médicos pueden ralentizar el avance, pero no detenerlo.
El extraordinario optimismo que pone en su reconocimiento filosófico de la vida y la enfermedad le hizo escribir en la siguiente forma: “Me encuentro intensamente vivo y quiero y espero que el tiempo que me quede por vivir me permita profundizar mis amistades, despedirme de aquellos a los que quiero, escribir más, viajar si tengo la fuerza suficiente, alcanzar nuevos niveles de conocimiento y comprensión. Esto incluirá audacia, claridad y hablar con franqueza; trataré de ajustar mis cuentas con el mundo. Pero también tendré tiempo para divertirme (incluso para hacer alguna estupidez)”.
“No puedo decir que no tenga miedo. Pero mi sentimiento predominante es el de la gratitud. He amado y he sido amado; he dado mucho y me ha dado bastantes cosas; he leído, viajado y escrito”.
Entre sus escritos más conocidos se hallan:Un antropólogo en Marte, Migraña, Con una sola pierna, La isla de los ciegos al color, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, El tío Tungsteno, Veo una voz, Despertares y Alucinaciones, entre otros. El valor de la enfermedad en el paciente era considerado por Oliver Sacks en forma sui generis:”Para mí es fundamental la relación que se establece entre enfermedad e identidad y la forma en que la gente reconstruye su mundo y su vida a partir de esa enfermedad”. “Todos los casos que expongo en este libro han descubierto una vida positiva que surgía tras una enfermedad. El pintor que tras perder la visión del color no desea recuperarla. El ciego de nacimiento que recobra la vista hacia la mitad de su vida y no puede soportarlo. La mujer autista que encuentra en el autismo una parte de su identidad... Pero no quiero parecer sentimental ante la enfermedad. No estoy diciendo que haya que ser ciego, autista o padecer el síndrome de Tourette, en absoluto, pero en cada caso una identidad positiva ha surgido tras algo calamitoso. A veces, la enfermedad nos puede enseñar lo que tiene la vida de valioso y permitirnos vivirla más intensamente”.
La maduración de este sabio se traduce por la forma como enfoca la noticia de su muerte.
Sacks era más conocido por sus obras escritas, incluyendo el libro “Despertares”, la historia de cómo logró traer a un grupo de pacientes “de vuelta a la vida” después de que pasaran años “en estado congelado” como secuela de una enfermedad.
La versión cinematográfica (Awakenings, 1990), protagonizada por Robert de Niro y Robin Williams, fue nominada a tres Oscar en 1991, uno de ellos el de mejor película.
Oliver Sacks, que nació en Londres, Reino Unido, pero vivió en Nueva York desde 1965, era también autor de muchos otros libros sobre enfermedades o trastornos médicos inusuales, como “El hombre que confundió a su esposa con un sombrero” y “La isla de los ciegos al color”.Recibió varios títulos honorarios en reconocimiento a su contribución a la ciencia y la literatura, y fue reconocido como comendador de la Orden del Imperio Británico en 2008 en los festejos de cumpleaños de la reina Isabel de Inglaterra.