Dr. Hernán Quintero Hernández mejor conocido como “el chino Quintero” nació en Caracas el 6 de octubre de 1947, hijo del Dr. Hernán Quintero Uzcategui y Trina Hernández de Quintero.
Casado con María Troconiz Luzardo.
Hijos: Hernán Quintero Dugarte y Mariana Quintero Troconiz.
Estudio en el colegio Lincoln en Caracas e hizo high school en Presentation College en Barbados.
Obtuvo título de Médico Cirujano, UCV, escuela Luis Razetti en el año 1971.
Postgrado Cirugía Pediátrica, UCV, Escuela Luís Razetti, enero 1974/ diciembre 1975.
Título Magister Scientiarum Cirugía Pediatrica año 1983.
Trabajó en instituciones hospitalarias como:
Carrera Docente:
Cátedra de Clínica Quirúrgica Pediatrica Escuela Luis Razetti Hospital Universitario de Caracas.
Caracas, desde junio 1976 hasta enero 1987 donde se desempeñó como instructor temporal, instructor por concurso a tiempo completo y profesor asistente a tiempo completo.
Carrera que compaginaba con su ejercicio privado en nuestra institución Centro Médico de Caracas hasta que por situación de salud se vió en la necesidad de retirarse en el año 2016, pues la diabetes lo había llevado a diálisis permanente durante 8 años y falleció el 12 de diciembre del año 2020 por complicaciones asociadas a su enfermedad.
Esto a continuación es un escrito de su hijo Hernán Quintero Dugarte:
“Así recordaré a Mi papá:
Médico Cirujano Pediatra. Estudioso; habilidoso con todos sus sentidos. Extremadamente inteligente. Perfeccionista.
Durante más de 40 años, dedicación total a sus pacientes; con una sensibilidad humana sin comparación. Honestidad por encima de todo.
Claro como el agua, sin importar las consecuencias. Directo con sus comentarios, tanto que muchos no lo entendieron nunca.
Padre dedicado y cariñoso. Muy sentimental debajo de una coraza impenetrable para los extraños.
Mejor amigo, mejor hermano siempre dispuesto a escuchar y ayudar.
Aunque muchos se aprovecharon y rompieron su corazón incontables veces. Heridas que le dejaron cicatrices profundas.
La vida también le jugó cartas que la mayoría no pudiesen soportar, pero su determinación por seguir lo llevó hasta el final con la frente alta porque siempre hizo lo que era correcto, aunque seguro tuvo sus dudas.
Su cara a veces muy seria, solo una sonrisa decía que estaba feliz; siempre sus hijos eran capaces de sacarle una de esas.
Las enseñanzas que te dió la vida, las tomo yo también y en mi seguirás; porque para mi, siempre serás el mejor Padre que alguien pueda tener, y cuando tenga dudas, siempre pensaré en qué hubieses hecho... Padre.
Le gustaban todos los trabajos manuales, construir, y diseñar; le gustaron los deportes por mucho tiempo, las películas de acción, los animales más que todo los caballos y los perros. El tiro deportivo fue su último hobby. Le gustaba la playa, aunque tenía mucho tiempo que no iba.
Yo agregaría, excelente profesional, dedicado por entero a sus pacientes , un hombre justo, honesto, transparente, frontal, de carácter fuerte que quizá lo llevó a no ganarse muchos afectos pero, aquellos que lo conocieron bien , que fueron sus grandes y buenos amigos , también supieron que el fue incondicional, colaborador y dispuesto a ayudar siempre.
Te recordaré todos los días...hasta que nos encontremos de nuevo. Que Dios te cuide y bendiga Papi”.
Tú hijo Hernán Enrique.