La cuarta revolución industrial (4RI), que llegó junto con el siglo XXI, ha cambiado la manera de cómo se presta la atención médica; la cooperación entre los sectores público y privado es obligatoria para brindar prevención, diagnóstico y tratamiento a una gran parte de la población mundial que no está asistida (cubierta) por profesionales totalmente capacitados. La proporción disminuida entre médicos y población se está resolviendo parcialmente con una mejor educación, conectividad y tecnología y dispositivos digitales ultrarrápidos. El Hospital Privado Centro Médico de Caracas (CMC), desde sus inicios hace 75 años, participa en la formación en salud y líder en un país que por muchas décadas pensó que las instituciones del sector privado no eran capaces de hacer ese trabajo.
La pandemia del Covid 19 cambió el mundo y el hospital CMC se ha convertido nuevamente en un proveedor de educación al aumentar alianzas con otras instituciones educativas, que se ensanchan con universidades y centros médicos públicos y privados que están convencidos de que la educación es el camino a seguir en el futuro cercano.
Necesitamos ayudar, abriendo nuevas vías y caminos para transitar el próximo cuarto del siglo XXI. RCM 2022. 61;154(2): 50-31.
The fourth industrial revolution (4IR), which arrived together with the XXIst century, has changed the way how the medical attention borrows; the cooperation between the public and private sectors are mandatory to provide prevention, diagnosis and treatment to a big part of the world population not assisted (covered) by completely qualified professionals. The diminished proportion between doctors and population is partially solved with a better education, connectivity and technology and ultrafast digital devices.
The Centro Médico de Caracas private hospital (CMC), since its beginnings 75 years ago, takes part in the health and leader training in a country where for many decades thought the private sector institutions were not capable of doing that work. The Covid19 pandemic changed
The Covid19 pandemic changed the world and the CMC hospital has become again in an education provider in increasing alliances with other educational institutions, which extend with universities and public and private medical centers which are convinced that the education is the way to follow in the near future.
We need to help, opening new routes and ways to journey the next quarter of the XXIst century. RCM 2022. 61;154(2): 50-31.
Nuestra institución el CMC llega a los 75 años como una Institución de salud con liderazgo probado en el avance sanitario de nuestro país.
En un mundo sin posibilidad de que la demanda de atención en salud sea cubierta por médicos con la formación ideal/tradicional y en unos momentos en que las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) se fortalecen en todos los niveles de las sociedades actuales, deben surgir opciones para dar acceso a la salud a esas enormes masas de población desasistidas de un gran número de países -dentro de los cuales está el nuestro- y esta necesidad se hace particularmente evidente tras la aparición de la pandemia de COVID-19, la cual ha puesto en sitio prevalente la utilización de la TICs con los conceptos de telemedicina y teleeducación.
Dos componentes tecnológicos han generado los cambios que comenzaron en la última década del siglo XX y primer cuarto del XXI. Son cambios que han afectado tanto a la vida del ser humano y las sociedades como lo fueron las primeras revoluciones industriales con la aparición (creación) de la máquina de vapor a finales de los 1700’s, la generación de la electricidad en el siglo XIX y los primeros pasos de la informática en la 2ª mitad del siglo XX.
Esta cuarta revolución industrial, en el sector salud, es el resultado en gran parte de dos componentes tecnológicos que podríamos combinar, por un lado, a la digitalización en informática y las velocidades en el procesamiento y transmisión de datos y por el otro, al componente biológico en la identificación de la secuencia de bases que conforman el genoma humano (la genómica).
En el mundo actual existen más teléfonos inteligentes que seres humanos. Es posible que éstos no estén distribuidos de manera equitativa, pero dichos teléfonos son una herramienta que nos permite identificar objetos, imágenes, caras, voces y palabras, y, con el avasallador avance de la inteligencia artificial, se puede llegar a la posibilidad de plantear diagnósticos (si lo duda, pregúntele a Google) y si el operador de ese dispositivo tiene la posibilidad de contactar a un experto que está ubicado en cualquier otro sitio de este mismo planeta, podrá sugerirle acciones a tomar para cualquier consulta.
Las instituciones médicas actuales que suelen concentrar a muchos especialistas en las más variadas áreas de experticia, deben aprovechar estos valiosísimos recursos humanos y tecnológicos y hacerlo accesible a muchas más personas necesitadas que a quienes hoy consultan de modo presencial.
No hay duda que la consulta presencial entre el paciente y el proveedor de salud que le atiende es lo ideal, pero la realidad es que, en el mundo más avanzado económica, social y tecnológicamente las citas para consultas se convierten en meses de espera, y cada vez más los proveedores de salud en el primer nivel de atención son profesionales de salud de carreras más cortas que los formados convencionalmente en las escuelas de medicina.
Como ejemplo ilustrativo en los EUA las proyecciones de ingreso para estudio de Asistentes de Médicos (physician assistants) son seis (6x) veces mayores que para escuelas de medicina (1) Lo mismo ocurre en países de Europa occidental y países asiáticos.
El conocimiento en salud, como en ninguna profesión se adquiere por decreto o un titulo en particular. El conocimiento se adquiere, y cambia de un modo tan rápido que la educación en salud amerita actualización permanente y por lo tanto debe ser parte fundamental de la actividad de cualquier institución dedicada a ese campo. Nuestro CENTRO MÉDICO DE CARACAS está dando un importantísimo paso con la revitalización del Departamento de Educación, área en la que tiene experiencia de muchas décadas y el aislamiento por la pandemia de COVID19 la había adormecido. No obstante, ahora se fortalece de nuevo tanto con su Colegio Universitario de Enfermería como con el Internado Rotatorio, las pasantías por múltiples especialidades y las alianzas con reconocidas universidades nacionales.
Las experiencias en medicina simplificada no son nada novedoso. En nuestra nación, quizás uno de los pasos más importantes en el desarrollo sanitario y social, ocurrió en 1936 con la creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, el conocido MSAS (éste sería el continuador administrativo del Ministerio de Salubridad y de Agricultura y Cría creado por Juan Vicente Gómez en 1930, casi al final de su mandato). En este sentido, los Dres. José Ignacio Baldó y Arnoldo Gabaldón comunicaron el concepto de medicina simplificada controlando con ella las enfermedades que no permitían que nuestra población aumentase en un siglo, como lo eran la tuberculosis y la malaria, entre otras. Éste fue un exitoso programa que fue reconocido mundialmente por su impacto social.
En la actualidad se hace necesaria la cooperación entre los sectores público y privado, organizaciones gremiales, universidades, Academia Nacional de Medicina y todos los relacionados con el sector salud. Todo ello para planificar conceptos de educación continua y lograr nivelar, mejorar y optimizar las actividades sanitarias que cada grupo o subgrupo de profesionales de salud puedan llevar a los extensos sectores de la población y facilitando el acceso a la medicina especializada y de más altos niveles de atención reduciendo en forma muy sustancial los requerimientos para traslados si se establecen formas ya probadas de escalada en la atención profesional.
Con experiencias acumuladas en más de 25 años, sobre todo en zonas rurales y remotas, el CMC ha sido aliado en la solución de problemas médico-sociales en colaboración continua con la experiencia de la Fundación Proyecto Maniapure, una Organización No Gubernamental que ha consolidado un modelo de atención reproducido con éxito en el sur de Venezuela, y otros muchos estados con predominancia de poblaciones rurales y también ha exportado con éxito la experiencia a países vecinos como Ecuador, Bolivia y Colombia.
Estamos en el momento de una encrucijada de cambio respecto a la forma de manejar la salud y al CMC. Con alianzas inter-institucionales podremos dar una respuesta a la salud del país como se logró exitosamente hace ya 90 años, y todo esto basándonos en Educación y Tecnología siempre que ésta sea equilibrada por el factor humano que la ciencia médica debe respetar y fortalecer, así como a cualquier profesional en salud a quien se debe apoyar en la formación con esos principios.